LA MENTE

LA MENTE

Todo ser humano lleva dentro de sí la compulsión de la libertad. Sabe que, aun siendo el heredero de ideas transmitidas genéticamente y el portador de las del medio en que se ha desenvuelto, Dios le concedió el invaluable tesoro de su libre albedrio, facultad inmanente que todavía conservamos, a pesar de los muchos que sostienen la teoría del determinismo universal que atenta contra la estabilidad armónica de la humanidad.

Si admitimos que el pensamiento conduce a la acción, el pensamiento positivo llegará a ser el árbitro de nuestra conducta y destino, ya que utilizando conjuntamente la energía psíquica y los procesos mentales correctos, seremos capaces de crear nuevas situaciones para alcanzar nuevos objetivos.

La mayoría de los obstáculos que se oponen al avance efectivo de la evolución personal, han sido creados por el hombre mismo que, condicionado a imágenes falseadas y caminos erróneos, ve perturbado su equilibrio psicofísico, lo que subsiste mientras no acuda a un procedimiento idóneo para demoler esos obstáculos, como es el de la dinámica mental.

En ella, lo que se considera positivo es aceptado y asimilado, y lo que no sirve i es negativo, es quemado  y eliminado como elemento nocivo y perturbador. Es el procedimiento idóneo para salvar los obstáculos que se oponen a la evolución humana y, aun cuando creada a nivel consciente, consiste en un despertar fuera de ese nivel, y en una movilización de energía para alcanzar un plano más elevado.

Estos sistemas difieren de los métodos psicológicos de otras escuelas que no admiten que las diversas experiencias dejan residuos, como en el caso de las negativas que, mal asimiladas, obstruyen la percepción y la sensibilidad, o sea que, a partir del momento en que la experiencia no está bien dirigida, y asimilada, se aparta del nivel consciente para más tarde ejercer su influencia perturbadora, a través de los demás niveles de3 consciencia,  que constituye lo que los psicoanalistas han denominado como “complejos”.

A medida que se descubre los diferentes aspectos de la personalidad, tienen lugar el desarrollo formal de la perspectiva psicológica y con ello, el YO personal adquiere una correcta evaluación que lo aleja de la inseguridad y del temor. Una vez lograda la unificación que lo aleja de la inseguridad y del temor. Una vez lograda la unificación que lo aleja de la inseguridad y del temor. Una vez lograda la unificación interna, es necesario armonizar las energías hasta conseguir una equilibrada polarización, indispensable para mejorar las relaciones interpersonales, determinando de este modo las estructuras de cada uno de los niveles, ya que mediante estos sistemas dinámicos se consigue la adopción de nuevas actitudes y la formación de positivas imágenes mentales, todo lo cual constituye el camino seguro y correcto para llegar al bienestar físico y mental.